Las redes sociales se han convertido en un elemento crucial dentro de las estrategias de marketing de las marcas y en algo que las marcas no pueden obviar cuando intentar llegar a su público objetivo. Pero, ¿realmente son tan efectivas como parecían hace unos años? Y lo que es más importante, ¿son los consumidores tan receptivos a los mensajes enviados por las marcas en las redes sociales?
Diversos estudios demuestran que el alcance de ciertas redes sociales y el impacto de las mismas ha cambiado en los últimos tiempos. Si hoy se quiere llegar al usuario final es necesario pasar por nuevos escenarios más que por los antiguos.
Con las cifras en la mano, en la relación entre las marcas y los consumidores en redes sociales parece ser que todavía hay muchos aspectos que mejorar. Y es que solamente el 7% de los consumidores comparten los contenidos de las marcas en las redes sociales. Aunque las marcas creen que los consumidores comparten sus contenidos, lo cierto es que solamente comparten aquello que realmente les aporta valor y lo que ayuda a crear una poderosa imagen de marca. Los consumidores son audiencias potenciales en las redes sociales, pero no la vía para que sus mensajes lleguen a otros usuarios, como las marcas desearían o pretenden.
Cómo convertir a los consumidores en amplificadores de la marca
Este problema se debe en gran medida a que los contenidos no son elegidos de una manera eficiente y atractiva. Con lo cual los resultados no son acordes a lo que las marcas esperan. Las empresas deben realizar una planificación más consciente de la estrategia de la publicación de contenidos en redes sociales si realmente quieren que se conviertan en la clave para conseguir que sus perfiles actúen como dinamizadores de la marca. No basta con publicar cualquier contenido y no vale con hacerlo tampoco en cualquier momento.
Las marcas deben crear contenidos que inviten a ser compartidos y, sobre todo, deben ofrecer un contenido de calidad que resulte de interés para los usuarios. Y para ello es muy importante conocer a la audiencia y darle lo que quieren. De hecho, lo que hace que un contenido sea compartido no tiene por qué ser lo mismo que lleva a otro usuario a compartirlo. Por ejemplo, las mujeres comparten contenidos que resulta útiles mientras que los hombres prefieren compartir aquellos que tienen un carácter humorístico.