No cabe duda de que las redes sociales se han convertido en una de las herramientas más poderosas dentro de las estrategias de marketing de las empresas. Y es que su presencia en las redes sociales es un importante aliado para reforzar la imagen de la marca y de sus productos. De esta forma, consiguen dar una imagen más cercana y generar confianza, ya que mostrándose siemrpe dan la sensación de ser transparentes.
La cuestión es que muchas empresas creen que las redes sociales son una suerte de varita mágica y que todo lo que digan o hagan hará que su imagen mejore. Sin embargo, diversas investigaciones han demostrado en los últimos tiempos que los consumidores confían más en lo que dicen otros usuarios que en lo que dicen directamente las marcas.
Concretamente, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Northeastern, que se ha enfocado en la intención de compra, el reconocimiento de la marca y la satisfacción de los consumidores en el contexto de las redes sociales, ha extraído conclusiones muy interesantes al respecto. Una de las más importantes es que lo que los otros consumidores idcen tiene un impacto mayor en las decisiones de compra.
Los comentarios que los consumidores hacen tiene un impacto del 10% sobre el efecto directo de las compras y la imagen de marca. Un 12% el crecimiento del reconocimiento, un 3% el aumento de la satisfacción del consumidor y un 6% en intención de compra.
Así pues, creemos más lo que dicen otro que lo que dice la propia empresa. Pero, aún así, las marcas no deben renunciar a crear sus propios contenidos, ya que también se ha demostrado que tiene efectos positivos. Las publicaciones de la empresa no son mensajes lanzados al vacío. Los contenidos de la propia marca tienen el poder de mejorar también el reconocimiento de marca y la satisfacción de los consumidores. Ampliar la actividad en las redes sociales puede hacer crecer las ventas un 10%, un 7% la imagen de marca y un 4% la satisfacción de los consumidores.
En defintiiva, todo esto da resultados muy positivos a nivel económico para la empresa, ya que la valoración de la firma crece y los compradores la ven con mejores ojos, lo que también aumenta su valoración para los posibles inversores.