No cabe duda de que el marketing de contenidos es una de las estrategias más importantes hoy en día. Y es que son una de las pocas fórmulas que logran conectar con los consumidores en un mundo tan saturado de publicidad como el actual. Los consumidores cada vez son menos receptivos a la publicidad tradicional, pero sí lo son a los contenidos que publican porque no los consideran de entrada como publicidad, sino que lo ven como algo útil e interesante. Y no solamente les gustan, sino que además los buscan. Eso sí, siempre que la marca haya hecho bien su trabajo y que hayan sabido posicionarlos sin convertirse en spam.
Pero, ¿cómo deben ser estos contenidos para que a los consumidores les resulten atractivos y cumplan su función? Además, de estar bien escritos e incluir contenido de calidad, deben aportar valor añadido al usuario, es decir, que la información les resulte útil. En este sentido, las historias con tirón son aquellas que permiten conectar mejor con los usuarios. Por esta razón, en los últimos años, cada vez más empresas han decidido contratr los servicios de redactores profesionales para crearlas.
La idea es que los contenidos generen emociones, lo que no quiere decir que tengamos que crear contenidos siempre enfocados en un miemo tema o con un determinado tono. Cuando hablamos de contenido de marca, no quiere decir que tengamos que recurrir siempre a lo lacrimógeno, como hacen muchas empresas que se centran constantemente en historias de tragedia, superación o miserias.
¿Cómo funcionan las emociones en el marketing de contenidos?
Las emociones, ya sean positivas o negativas, nos proporcionan mucha información y nos ayudan a entender mejor que es lo que mueve a los consumidores, qué es lo que les lleva a reaccionar. No generar emociones implica que el receptor se quede frío y que tus contenidos entren a formar parte de la larga lista de lo irrelevante. Con lo cual, son las emociones las que nos permiten generar engagement a la hora de posicionar nuestros contenidos.
Eso sí, hay que tener en cuenta que hay determinadas emociones que resultan mucho más recomendables porque tienen un impacto mucho mayor en los consumidores. Por ejemplo, el miedo, la tristeza y la sorpresa son las que generan mayor impacto emocional, haciendo que el mensaje en el subconsciente sea de un 22% superior.
Pero además, debes saber que las emociones ayudan a mantener la atención de los usuarios. Por ejemplo, jugar con la intriga hace que el consumidor esté más interesado en seguir consumiendo el contenido y que se sorprenda. En cualquier caso, es importante no abusar de ello y aprender a usarlo para que sea efectivo.